La Musicoterapia es la utilización de la música y/o de los elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía), en un proceso para facilitar y promover la comunicación, la relajación, el aprendizaje, la motricidad, la expresión y la organización con el fin de satisfacer las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas. Busca descubrir potenciales y/o restituir funciones del individuo para que la persona alcance una mejor organización intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida.
Hay muchas disciplinas relacionadas con este método, psicología, psiquiatría, psicoterapia, educación especial, etc., y tiene diversas aplicaciones en muy distintos campos.
Uno de usos cotidianos más simples y difundidos de la musicoterapia es la regulación del estado de ánimo. Se utilizan trozos musicales para alegrarnos en la depresión o para calmarnos en medio de estados de excitación producidos por la rabia, el estrés o el temor.
También se pueden utilizar trozos musicales para mejorar el aprendizaje, ejercicios rítmicos para mejorar la coordinación y la resistencia física. La música, bien empleada, puede facilitar el contacto con bloqueos emocionales concretos y producir la catarsis necesaria para la resolución del conflicto.
Se ha comprobado que es capaz de afectar notablemente a la actividad cerebral y por lo tanto, afectar a los patrones cognitivos y a las funciones vegetativas (frecuencia cardíaca, ritmo respiratorio, etc). También ejerce una cierta influencia en la capacidad de aprender y en la estimulación psicomotriz.