En la justificación de dicho decreto: “el engrandecimiento y auténtico progreso de un pueblo estriba en gran parte en el grado de cultura que alcance cada uno de los miembros que lo componen”. Además “que una forma racional de propender al alcance de los fines expresados es el establecimiento de la enseñanza universitaria gratuita para todos los jóvenes”. Permitió, considerar a la educación universitaria no como un privilegio, sino como un derecho. Se trató de una medida que impulsaba la inclusión a todos los ciudadanos de nuestro país.
Entre sus argumentos que fundamentaron gratuidad: - Que el engrandecimiento y auténtico progreso de un pueblo estriba en gran parte en el grado de cultura que alcanza cada uno de los miembros que lo componen. - Que por ello debe ser primordial preocupación del Estado disponer de todos los medios a su alcance para cimentar las bases del saber, fomentando las ciencias, las artes y la técnica en todas sus manifestaciones. - Que atendiendo al espíritu y a la letra de la nueva Constitución es función social del Estado amparar la enseñanza universitaria a fin de que los jóvenes capaces y meritorios encaucen sus actividades siguiendo los impulsos de sus naturales aptitudes, en su propio beneficio y en el de la Nación misma. - Que como medida de buen Gobierno, el Estado debe prestar todo su apoyo a los jóvenes estudiantes que aspiren a contribuir al bienestar y prosperidad de la Nación, suprimiendo todo obstáculo que les impida o trabe el cumplimiento de tan notable como legítima vocación. |
La Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria como la UNCUYO, Universidad a la que pertenecemos, adhieren a este día tan importante en la historia de nuestra Nación, reafirmando el concepto de la educación pública como un bien social, para que la universidad y la educación superior estén al servicio de nuestra Nación.