Como institución nacida para formar profesionales con conciencia ética y compromiso con el bien común, no podemos permanecer en silencio ante el sufrimiento de los pueblos, ni ante la destrucción que arrasa con vidas humanas, culturas milenarias y esperanzas de entendimiento. Nos sentimos interpelados —desde lo más hondo de nuestra vocación— a promover una reflexión crítica, respetuosa de la diversidad y encaminada hacia el diálogo fraterno que dignifica a la humanidad.
Recordamos a toda la comunidad que jamás la diferencia de credos, ideologías, territorios o intereses podrá justificar el recurso de la destrucción sistemática de vidas humanas ni a la violencia organizada. Ninguna causa, por legítima que se proclame, puede imponerse mediante el aniquilamiento del otro.
Como Nación que ha elegido la senda de la soberanía, la autodeterminación y la paz, reafirmamos nuestro rechazo a toda forma de intervención externa que, bajo apariencias diplomáticas o retóricas de garantía de paz, solo contribuye a la profundización del conflicto. Asimismo, advertimos con preocupación sobre toda acción o declaración que, desde el ámbito nacional, pudiera comprometer a nuestro país en un enfrentamiento que no responde a la voluntad del pueblo argentino ni a su mandato histórico de paz y solidaridad internacional.
Desde la FCAI, como casa de saber y como espacio de encuentro plural, renovamos nuestro compromiso con una pedagogía de la paz: una que no se limite a proclamas, sino que se encarne en la convivencia respetuosa, en la cooperación entre pueblos y en el cultivo del pensamiento crítico.
Invitamos, por ello, a toda la ciudadanía y, en particular, a la comunidad académica, a no ser indiferentes. A unirnos en un clamor firme, sereno y esperanzado por el cese inmediato de toda hostilidad. A rechazar toda forma de violencia y a sostener, con firmeza y respeto, el compromiso con la dignidad humana.
Que la verdad y la justicia nos conduzca siempre por caminos de concordia.