Este proceso se realizó a partir de orujos de uva fermentados y destilados, directamente por vapor de agua.
La destilación consiste en regular el aporte externo de energía (calor), para conseguir un ritmo de destilación lento y constante, que permita la aparición de los componentes aromáticos deseados en los momentos adecuados.
Dicho proceso se desarrolla en dos fases: la primera es la vaporización de los elementos volátiles de los orujos y la segunda es la condensación de los vapores producidos.
Cabe destacar que la preocupación principal en la destilación casera es la obtención no deseada del alcohol metílico, una sustancia tóxica. Para evitar esto ha que separar siempre el buyo del sarmiento ya que es éste el que genera el temido alcohol. En efecto, esto se evita mediante el proceso de purificación.
Los estudiantes de la Tecnicatura se mostraron satisfechos y felices de realizar esta práctica complementaria, la cual es totalmente distinta a las que se emplean para la elaboración del vino. Además, agradecieron a los laboratorios de la FCAI encargados de proveer los materiales necesarios para la realización de esta actividad.